Los desacuerdos y conflictos son parte natural de cualquier relación, incluso entre los mejores amigos. Lo importante es aprender a manejarlos de manera saludable para que la amistad no se vea afectada a largo plazo. Hablar con honestidad, escuchar el punto de vista del otro y evitar los malentendidos son claves para resolver cualquier diferencia.
Cuando surja un conflicto, intenta no reaccionar de inmediato. Date un momento para calmarte y reflexionar antes de hablar. Expresa cómo te sientes sin acusar ni culpar, y da espacio a tu amigo/a para compartir su versión de los hechos. Muchas veces, una conversación sincera puede aclarar las cosas más rápido de lo que piensas.
Recuerda que pedir disculpas y perdonar también es parte fundamental del proceso. Nadie es perfecto, y saber reparar los vínculos fortalece la amistad y te ayuda a crecer como persona.