No necesitas ganar un premio para sentirte orgulloso. A veces, lo que más fortalece la confianza en uno mismo son los pequeños logros cotidianos: terminar una tarea, animarte a hablar en clase o ayudar a alguien. Reconocer estos momentos y darte crédito por ellos ayuda a cambiar tu forma de verte. Haz una lista de tus logros diarios y verás cómo tu autoestima crece poco a poco.